lunes, 18 de julio de 2016

El novio olvidado. Cap 8



El viaje de vuelta a casa transcurrió con extraña y tensa normalidad. Yunho decidió sentarse al lado del chófer y dejar toda la parte de atrás a Jaejoong y a los niños. Éstos estaban tan impresionados por el lujoso medio de transporte que no se fijaron en el silencio de su padre, ni en la tensión que había en la voz de su umma.

Yunho rechazó su invitación de subir a casa con ellos. Y Jaejoong se sintió en cierto modo aliviado porque sabía que necesitaba alejarse de él, pero también estaba muy preocupado por su salud.


Yunho sonrió a los gemelos al despedirse y, de cuclillas y mirándolos a los ojos, les prometió que volvería a verlos pronto. Jiyool se acercó y le dio un abrazo y Yunho alargó un brazo para que Changmin se acercase también.

Jaejoong no supo por qué lo inquietaba tanto aquella escena, pero cuando Yunho se incorporó y lo miró a los ojos, a él también le entraron ganas de abrazarlo. Él alargó la mano y le acarició la mejilla.

 Te llamaré — le dijo, antes de darse la vuelta y subirse al coche sin más.

Jaejoong se sintió devastado, aquello era lo mismo que le había dicho seis años antes.

Se pasó el domingo sintiéndose vacío, mientras los gemelos lo bombardeaban a preguntas acerca de su padre y de los planes de boda.

Y él no llamó.

El lunes, Jaejoong fue a trabajar y fingió que era como cualquier otro lunes por la mañana. Su sombra lo siguió en todo momento, ayudándolo a concentrarse en el trabajo. No obstante, estaba nervioso y poco comunicativo, esperando escuchar el nombre de Yunho, averiguar si estaba en el edificio, si estaba bien, pero negándose a hacer ninguna pregunta.

Krystal no parecía estar allí, pero Jaejoong tampoco iba a preguntar por ella.

El martes pasó igual que el lunes. Para el miércoles, las tarjetas de visita de Yunho habían salido de su bolso y le quemaban en el bolsillo del pantalón.

 ¿Estás bien, Jaejoong? — Le preguntó Gummy — Estás muy pálido.

 Estoy bien — respondió — Es sólo que…

 Ven, vamos a comer. Creo que te hace falta un poco de aire fresco y un descanso.

Compraron unos sándwiches y café y fueron al pequeño parque que había enfrente del edificio de Mirotic. Hacía calor para ser octubre, así que se sentaron en un banco, debajo de un árbol.

 Está bien — dijo Gummy — te contaré lo que sé, y tú rellenarás los huecos en blanco… Nuestro nuevo y sexy jefe es el padre de los gemelos. No te molestes en negarlo, me di cuenta al instante. Me parece que Jung Krystal todavía no lo sabe, pero se siente amenazada por ti.

 ¿Tú no te sentirías amenazada si fueses su amante? — rió Jaejoong.

 Tal vez. Sobre todo, si se entera que los gemelos y tú pasasteis el sábado con él. Tampoco te esfuerces en negarlo. Pasé por tu casa cuando os estabais bajando de su coche y decidí marcharme.

 Pues si te hubieses quedado un rato más, habrías visto que él se fue.

 ¿Para siempre?

 ¿Quién sabe?

 ¿Por eso estás así esta semana?

Jaejoong se encogió de hombros, no contestó.

 Tonto. ¿Quieres contarme cómo os conocisteis, para empezar? Hace seis años debías de ser un niño, en brazos de semejante hombre.

 Sólo tiene cinco años más que yo. Gummy. No puedes etiquetarlo de pervertidor de menores. Y para ya. Tengo hambre, quiero comer.

No te estoy impidiendo que comas. Lo estás haciendo tú solo, estás como perdido.

Era cierto, y se debía al silencio de U-Know. Tal vez éste pretendía ir a buscarlo el viernes a Mirotic para casarse y luego volver a dejarlo en su despacho. O tal vez había cambiado de idea…

 Te alegrará saber que no has visto a Jung Krystal porque el jefe la ha mandado a Seúl — la informó Gummy.

Aquello no lo tranquilizó, ya que Seúl no era más que otra ciudad en la que dos amantes podían encontrarse.

¿Por qué no lo había llamado U-Know? ¿Estaría en Seúl con Krystal? ¿Era capaz de hacerle algo así? Su cabeza le decía que no, que seguro que tenía un motivo para lo que había hecho seis años antes, pero no podía evitar tener el corazón en un puño.

En realidad, no lo conocía, ni U-Know a él. Eran dos extraños unidos por los dos niños nacidos de una sola noche de fabuloso sexo. ¿Era aquello suficiente para casarse? ¿No sería más sensato acordar una custodia compartida de los gemelos?

¿Acaso había accedido él a casarse?

No, no lo había hecho, y Yunho no tenía ningún derecho a dar por hecho que había accedido, ni a dejarlo así.

 Y ahora viene lo más interesante — continuó Gummy — Justo antes de venir aquí me ha llamado Donghae para que limpiase tu agenda y le pasase todo el trabajo a tu sombra. Al parecer, el jefe está…

 Delante de ti — la interrumpió Yunho.

Ambos levantaron la cabeza a la vez. Gummy se tragó las palabras que iba a decir y Jaejoong se sintió sorprendentemente aliviado.

Le brillaron los ojos cuando lo miró, pero estaba muy serio. Jaejoong se dio cuenta de que esa mañana se había puesto el viejo traje gris y se había recogido el pelo con prisa.

Él estaba impecable, como siempre. A Jaejoong se le secó la boca y tuvo que apartar la vista de él ya que lo único que deseaba en esos momentos era arrancarle la ropa y verlo desnudo.

Lo deseaba. Era una sensación repentina, caliente, violenta. Quería tenerlo desnudo y tumbado. Quería recorrerlo con la mirada, con las manos y con la boca.

¿Dónde has estado? — le preguntó con más avidez de la que había pretendido mostrar.

Yunho se preguntó qué le diría Jaejoong si le contaba que se había pasado los tres últimos días encerrado en su piso son su hermano, viviendo un infierno. Un infierno después del cual había recobrado la memoria. Había averiguado la verdad de lo que había ocurrido seis años antes, que aquel joven pálido, de ojos negros, beligerantes, que estaba sentado con una postura frágil y tensa, había pagado el precio de sus malditos pecados.

 Disfrutando de mis últimos días de libertad — respondió en tono irónico. Jaejoong se preguntó si había estado en Seúl, con Krystal.

 Bueno, pues espero que haya merecido la pena.

 Mucho — le aseguró él antes de inclinarse para tomarlo de los hombros y hacer que se levantase.

De pronto, Jaejoong se encontró apoyado contra él, recibiendo un apasionado y hambriento beso. Sin más, a la luz del día y delante de Gummy.

Y Jaejoong no sólo permitió que lo besase, sino que lo alentó acariciándole los hombros y la nuca.

Cuando Yunho lo soltó, se sintió débil y aturdido, se le escapó un gemido de decepción.

 Me has echado de menos — comentó él.

 Estaba preocupado, eso es todo. Me dijiste que me llamarías.

 Bueno, estoy bien y estoy aquí. Que disfrute del resto de la comida — le dijo a Gummy, llevándose a Jaejoong agarrado por la cintura.

 ¡Qué grosero! — protestó Jaejoong.

 — Tu amiga ya ha visto bastante como para dar de qué hablar en Mirotic durante un mes.

 Gummy no es una cotilla.

 Entonces, compénsala invitándola a nuestra boda.

 ¡Yo no he dicho que vaya a casarme contigo!

 Pero lo harás.

Lo metió en el coche que estaba esperándolos y entró detrás de él. Cuando Jaejoong se giró para protestar, Yunho lo estaba esperando.

 ¿Prefieres herir y decepcionar a tus hijos? — lo retó.

 ¡Tengo derecho a tener en cuenta también mis sentimientos!

 Entonces, tal vez prefieras que utilice métodos menos bruscos para convencerte.

Estaba refiriéndose al sexo, recordándole que había vuelto a perder el control con el beso del parque.

Jaejoong separó los labios temblorosos. Estaba acalorado. Podía luchar contra él, salvo cuando lo tocaba. Y odiaba que Yunho lo supiera.

No se acordaba de él, pero como cualquier otro hombre atractivo y sexualmente activo, podía escoger un blanco sencillo e ir a por él. La diferencia con él era que estaba preparado para ofrecerle un matrimonio porque el destino había hecho que se quedase embarazado. Sin los gemelos, habría sido una aventura más.

Jaejoong sintió un escalofrío y apartó la mirada de él. Volvió a preguntarse si Yunho habría estado esos últimos días con Krystal. Y si lo quería saber.

Entonces, recordó lo que Gummy le había dicho justo antes de que llegase él.

 Has dado por terminado mi contrato, ¿verdad? — le preguntó.

 ¿Qué te hace pensar eso?

Jaejoong le contó lo que le había dicho Gummy.

 Y tú has decidido que lo he hecho para poder presionarle más, ¿no es cierto?

 ¿Es así?

Él frunció el ceño con impaciencia.

 No podrás viajar todos los días de Tokio a Seúl, yobo, eso es evidente, pero no. no he dado por terminado tu contrato. Tienes unos meses de excedencia, para casarte e instalarte en otro país. Cuando estés preparado, si decides que quieres volver a trabajar, te buscaré un puesto en alguna de mis organizaciones. Tú serás quien tome la decisión.

 Desde luego, una pequeña concesión frente a un montón de órdenes.

 No es una concesión. Si me conocieses mejor, sabrías que no hago concesiones… De verdad pienso que tienes derecho a decidir si quieres volver o no a trabajar después de que nos casemos.

 Si es que nos casamos. Digas lo que digas, la verdad es que quieres arrinconarme para que deje de discutir contigo.

Él dejó escapar un suspiro.

 ¡Eso no funcionaría! Lo creas o no, pensaba que el tema de la boda estaba zanjado.

 Entonces, ¿por qué no me llamaste para advertirme que mi sombra estaba ahí para aprender de mí?

 Porque… — se calló, apretó los labios y frunció el ceño — He estado ocupado, ¿de acuerdo? Tenía… cosas que hacer. Y por favor, siéntate bien. ¡Y abróchate el cinturón! — añadió, con inesperada violencia.

Aquello sorprendió a Jaejoong, que dio un grito ahogado.

 ¡No quiero que salgas despedido por la ventana! — añadió, poniéndole él mismo el cinturón.

 Lo siento — murmuró él — No lo había pensado.

 Y yo creo que he reaccionado de manera exagerada, ¿verdad?

 No. Me lo merecía — contestó Jaejoong, levantando la mano para acariciarle la mejilla — No me has contado cómo fue el accidente, pero…

 Y no te lo voy a contar — le dijo, apartándose de él.

 Yunho…

 Iba a llevarte a comer, pero he cambiado de idea. Iremos de compras.

 ¿Para comprar el qué?

 Las alianzas. Un traje de novia que me haga caerme de espaldas — comentó en tono más natural — Y tal vez algún capricho para los gemelos.

Jaejoong no respondió a aquello, lo que obligó a Yunho a girar la cabeza. Su bello novio estaba allí sentado, con un traje de chaqueta gris, las piernas cruzadas y expresión adusta.

Yunho se dio cuenta de que cuando él se mostraba vulnerable, él se ponía dulce. Y que cuando intentaba hacer avanzar las cosas, él se bloqueaba.

 Deja de luchar contra mí — le aconsejó — Entiendo que sientas la necesidad de hacerlo, pero eso no cambiará nada. Vamos a casarnos dentro de dos días. Acéptalo, Jaejoong.

Él lo miró.

 Cualquier otro hombre habría tenido el detalle de pedirme que me casase con él.

Al oír aquello, otro recuerdo lo asaltó, un recuerdo diferente a los que había tenido hasta entonces. Vio a Jaejoong desnuda sobre una colcha rosa. Sus ojos negros lo miraban con timidez y deseo.

«Cásate conmigo, Jaejoong…».

 Hananim— susurró.

«Mañana», había contestado él en un susurro.

 ¿Yunho…?

El sonido de la voz de Jaejoong lo hizo volver al presente. Notó que le tocaba el brazo.

 Yunho — repitió él con nerviosismo — No.

Él se dio cuenta de que Jaejoong pensaba que iba a desmayarse, pero nada más lejos de la realidad. Lo que acababa de experimentar había llegado con la claridad del agua, después de tres días de luchar con su pasado.

Con el pasado del que se había olvidado, pensó mientras intentaba controlar sus hormonas. Levantó los ojos a su rostro y se hundió en su mirada negra y ansiosa. Le encantaba. Le encantaba cómo se mordisqueaba el labio inferior con preocupación.

 Estoy bien.

 No, no estás bien — dijo él, poniéndole una mano sobre el corazón — ¿Por qué ha sido esta vez?

 Tú, ¿qué si no? — Le contestó — Te he visto desnudo en una cama rosa.

Jaejoong se ruborizó y Yunho tuvo que contener las ganas de reír. Él sabía muy bien lo que había visto.

 Ha sido muy intenso — le dijo él, apartándole la mano del pecho para llevársela a los labios — Sensual… — añadió, besándole los dedos — apasionado.

 Yo… Tú… — Jaejoong se puso tenso.

 Te estaba diciendo que te quería…

 No hace falta que me des detalles. ¡Yo no tengo problemas de memoria!

  Y tú me estabas respondiendo que también me querías…

Jaejoong cerró los ojos e intentó apartarse de él, pero Yunho se lo impidió.

 ¿Lo decías de verdad, nae salang? — Insistió — ¿Y yo?

 Sí.

 Entonces, podemos volver a hacerlo. Sólo hace falta un acto de fe.

Estaba hablando de nuevo del matrimonio. En realidad, nunca había dejado de hablar de eso. Salvo que en esos momentos lo estaba llamando acto de fe. Jaejoong intentó apartarse otra vez.

 Te pedí que te casases conmigo…

 ¿Quieres dejar de decirme lo que ya sé? — replicó él.

¡Él también había estado allí! Y recordaba a la perfección su primera vez juntos en su minúsculo apartamento, en su todavía más minúscula habitación y en su estrecha cama cubierta por una colcha rosa.

 Entonces, te lo vuelvo a preguntar. ¿Quieres casarte conmigo?

Jaejoong pensó que era un hombre despiadado, ¡un cerdo despiadado! Era una pena que no pudiese recordar cómo lo había besado para despedirse la mañana que se había marchado.

 Si yo estoy dispuesto a intentarlo, ¿por qué no puedes tú también…?

Jaejoong abrió los ojos para mirarlo. Su aspecto era fuerte. Era U-Know, delgado, moreno, guapo, con aquellas largas y negras pestañas que enmarcaban unos ojos oscuros y sensuales, y aquella boca suave, aquel lunar…

 ¡Está bien! — Replicó — ¡Me casaré contigo! Pero no creas que te perdono por lo que me hiciste. Ni que olvidaré lo que has hecho con los gemelos para convencerme.

Él respondió de manera inmediata y completamente arrogante. Con un rápido movimiento, su largo cuerpo lo tenía aprisionado en un rincón del asiento.

 ¡Te has desabrochado el cinturón!

  El coche está parado; ahora puedo hacer lo que quiera contigo.

Y lo hizo. Y él no intentó oponerse cuando lo besó. Cuando separó los labios de los de él le costaba trabajo respirar y tenía la chaqueta abierta, los botones de la camisa desabrochados y los pezones erguidos porque querían volver a ser acariciados por él. Tenía el pelo suelo y los labios doloridos.

 Ya está — comentó Yunho con satisfacción — el acto de fe sellado con un beso. Ahora, vamos de compras.


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10 comentarios :

  1. ya falta poco para que Jae le pertenezca a Yunho y no creo que después de que sean esposos este conviviendo con el y se conozcan mas Jae se quiera alegar de Yunho sera feliz ellos y sus hijos como familia
    Gracias

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  2. ohhhhh me encanta ... son los mejores , los gemelos son un amor =)
    Gracias por la actualización ¡¡¡
    Eres la mejor ¡¡ =) .

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  3. Yunho es un poco tosco al hacer las cosas que le costaba un poco mas de romanticismo y se nota que Jaejoong cede mucho con Yunho espero que ya casados Yunho busque ser mas claro y no empuje su relacion y se le imponga a Jae.

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  4. Llegue hasta aquí en un día, es maravillosa la historia, muy dulce e interesante.
    Me encanta gracias por compartirla.
    El capítulo me sorprendió, todo pasó muy rápido 💜
    Saludos, que estés bien, espero tu actualización 😘

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  5. El comportamiento de Yunho me desconcierta, desea a Jae y Jae a el tambien. Pero su modo de expresarlo es tan, no see.....espero q se abra, q explique, q aclare mas las cosas, creo q Jae se lo merece, merece q le diga TODO! Muchisimas Gracias :)

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  6. What?! Yunho ya recordó todo ??? Como cuando, donde ? XD bueno lo importante que ya la recobro 😊😊😊 y Jaejoong ya aceptó casarse con él XD ..
    Me encanta yunho su forma de ser <3

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  7. No le cuenta q paso aquel dia dl accidente o.o pero me alegra q ya aceptara jae la propuesta matrimonial. Ya despues con calma pueden hablar de lo q paso en ese entonces.

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  8. Yunho recordó lo que paso en sus accidente pero porque no le dice a Jaejoong ? Que paso ....y bueno ahora Jaejoong acepto casarse pero aun así falta mucho que contar por parte de Yunho

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  9. Yunho recordo el accidente, pero creo que hizo algo malo, porque dijo que Jae había pagado por sus pecados del pasado. Haber si se lo dice mas adelante.

    Gracias!!!

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  10. Yunho no solo perdió la memoria... también perdió su sentido del tacto y la galantería. Que fue todo eso??? No fue una propuesta al estilo JungYunho en absoluto, sino una madeja de ordenes. Jae esta tan enamorado de él que a todo le dice que si. Los gemelo... pobres pequeños sus papás estan usandolos de anzuelo. Quiero a mi YunHo romantico se vuelta yaaa. Tengo curiosidad por saber que fue los que recordó y que piensa Mi Ratón sobre lo.que le pasa al YunJae.

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